Reflexiones y anécdotas históricas sobre pandemias mundiales.

Está demostrado científicamente que la naturaleza es un sistema interrelacionado. Esta frase rimbombante significa que los desequilibrios que acarreamos al medio, de alguna manera, acaban llegando a nosotros. Así nos plantamos en medio de una pandemia mundial, sin mucha gana de buscar responsabilidades reales. Como única especie con capacidad racional, preferimos gritar a lo chica Almodovar ... ¡Que he hecho yo, para merecer esto!...

Os voy a contar una anécdota histórica que igual nos da alguna clave de quienes somos como especie y cómo no nos cansamos de "escupir hacia arriba y quejarnos de que nos caiga en la cara". La historia comienza como todos los cuentos clásicos infantiles:

Hace mucho, mucho tiempo, en 1227, el Papa Gregorio IX dicta una bula por la cual considera que el diablo adquiere la forma de un gato y alienta a la persecución y exterminio de estos animales. La Santa Inquisición, por su parte, prohíbe albergar, alimentar e incluso acariciar a un gato bajo pena de considerar cómplice de brujería a quienes lo hagan. Millones de gatos serían quemados, descuartizados y aplastados durante el siglo XIII por lo que en 1347 la población felina europea se reducía a su mínima expresión y los pocos que quedaban se mantenían alejados de los asentamientos humanos.

Imagen de la creación del mundo con los gatetes, recogida de aquí

El principal vehículo transmisor de la Yersinia pestis, también conocida como Peste bubónica o Muerte negra, es una pulga que habita en la rata común. Así pues, sin sus enemigos naturales para ponerles freno, las ratas esparcieron la enfermedad por todo el continente. Se calcula que una de cada tres personas murió en Europa víctima de la peste entre 1347 y 1351.

La gente, sin embargo, fue convencida de que la epidemia era la forma en que Dios les castigaba por sus pecados, sin pensar nunca que el único pecado imperdonable de los seres humanos es la estupidez con la que vivimos, creyéndonos por encima de la naturaleza de la que formamos parte. 

No digo ná, y os lo digo to......