Documentación sobre el proyecto Lau Haizeta (Cuatro Vientos) que nos han proporcionado Erika y Pedro, nuestros anfitriones en el Valle de Karrantza y orgullosos propietarios de una de las casas de paja.
Experiencias colaborativas en construcción con paja
Para conseguir instalarnos en el
campo y realizar nuestro proyecto de auto-construcción de las viviendas bajo un
criterio ecológico, decidimos desarrollar un tipo de trabajo colaborativo
mediante voluntari@s. Las viviendas levantadas con fardos de paja están
auto-construidas mediante la colaboración con más de 200 colaboradores. Unos
mediante la red internacional WWOOF y otr@s mediante la red estatal de
construcción en paja. El aprendizaje que ofrecemos se
basa en la experiencia directa y práctica: experimentar de primera mano la
autogestión de los recursos, vivir de la mayor forma ecológica que podamos y empoderar(nos) a las personas mediante la autoconstrucción y la filosofía
del "hazlo tú mismo". Compartimos nuestra comida
casera, en su mayoría ecológica y vegana. Y para el alojamiento disponemos de
una habitación para invitad@s en una de las casas de paja.
UNA APUESTA POR UNA EXPERIENCIA DE AUTOGESTIÓN VITAL: CONSTRUIR LA VIVIENDA CON CRITERIOS ECOLÓGICOS.
Un
proyecto en proceso en el Valle de Karrantza, en el extremo más occidental de
Bizkaia, sin resultados todavía, pero con intenciones y con experiencias
vividas.
Creación contemporánea y medio rural
KarraNTZA está en proceso porque realmente se están construyendo físicamente las infraestructuras necesarias sobre el terreno, pero también porque se está construyendo conceptualmente, repensando lo que queremos hacer desde la práctica artística. No queríamos ir a un entorno rural con una idea diseñada y cerrada desde la ciudad, porque creemos que de esta forma lo pensado y lo experimentado pueden convertirse en algo forzoso. Las cinco personas que formamos parte de este proyecto, hemos crecido en un entorno urbano y las experiencias creativas que hemos desarrollado han sido en este contexto. Tenemos la sospecha de que lo que hagamos como creadores en el medio rural va a ser diferente a lo que hacíamos en la ciudad, sobre todo en lo referente a plantear proyectos colaborativos con la comunidad existente o actuaciones en el espacio público. Será el resultado de la experiencia del vivir y compartir con lo local, lo que vaya descubriendo cómo podemos desarrollar procesos creativos en este medio. Escuchando necesidades, se pueden plantear formas útiles que desde las prácticas artísticas puedan ayudar al medio rural y viceversa.
Agroecología.
Tenemos
claro
que queremos cultivar la tierra para comer y en parte poder vivir de
ello dignamente. Entendemos el comer, o la comida o el acto de producir
esa comida como un
acto político de enorme responsabilidad. Si la comida proviene de un
medio
donde se explotó a la tierra, a las plantas, a los animales y a las
personas
que la trabajaron, favorecemos esa explotación. No queremos contribuir
en
ninguno de estos procesos y además queremos plantear que cambiar
estas condiciones, aportando alternativas reales, es posible.
Desarrollamos un proyecto agroecológico que se entronca con su entorno,
apostando por la producción
ecológica y el desarrollo de relaciones de apoyo mutuo con nuestra
comunidad. Llevamos el concepto de ecología no sólo al huerto sino que
entendemos lo ecológico de una forma global, apostando por una
distribución alternativa de los productos (grupos de consumo- confianza o
mercados locales).
DIY y autoconstrucción
Creemos
en el háztelo tu mismo, pero no
lo concebimos si no es rodeándonos de gente que como nosotrxs crea que mediante
el apoyo mutuo y la colaboración, los proyectos más difíciles y arriesgados
pueden salir adelante. Pensamos que si se cree en algo, se es capaz de
conseguirlo. Solo hay que proponérselo y trabajar para conseguirlo. La
autoconstrucción ejemplifica esto, es construir una misma lo que necesita. Es
una cuestión de ingenio, paciencia y trabajo. Lógicamente en el proceso de
construcción de una edificación, es necesario que un arquitecto se encargue de
los aspectos más delicados que requieran conocimientos especializados, pero eso
no supone delegar totalmente el trabajo de construcción, como usualmente
sucede. Entendemos así la construcción propia de las infraestructuras que
necesitamos como un episodio más de autogestión de la vida, para ser
protagonistas de ella. La construcción con un material como la paja permite
democratizar el proceso constructivo haciéndolo accesible a cualquiera porque
lo simplifica y lo abarata.
Recientemente
hemos levantado la tercera edificación del proyecto siguiendo criterios
bioclimáticos y de autoconstrucción haciendo un llamamiento a la colaboración
mediante voluntarios. La casita está destinada a ser un espacio común de
las dos casas q contará con horno de leña y panadería, cocina, despensa, etc.
Esta edificación ha permitido en un corto espacio de tiempo (2 meses) repetir
todas las fases del proceso constructivo desarrollado en las viviendas, desde
los cimientos en termoarcilla hasta el revoco en cal, pasando por la
construcción de las paredes con balas de paja y el tejado vivo.
Al llamamiento que hicimos, vinieron más de cincuenta colaboradores, entre voluntarios a los que no conocíamos, amigos y familia. En su mayoría, los voluntarios eran arquitectas, ingenieros, y personas interesadas en desarrollar proyectos similares en sus lugares de procedencia. Algunos venían con grandes conocimientos de bioconstrucción, otros nunca habían hecho masa en su vida. Unos utilizaron sus dos semanas de vacaciones para participar en el proyecto, otros no las tenían y venían cada fin de semana. Lo que era común en todos eran las ganas de aprender y compartir. También lo contentos que se iban por lo experimentado y por los lazos generados. Gente que no se conocía, pero que al ponerse a trabajar en un objetivo común creaba sinergias y empatías entre todos. Si no hubiéramos hecho este llamamiento a la participación colectiva, la construcción de esta edificación hubiera sido mucho más lenta, cansada y costosa.
Un
agradecimiento sincero a todas las personas que han colaborado ofreciendo su
tiempo, sabiduría, sudor y simpatía. Y a las que siguen apoyando esta
aventura, haciendo una vez más que la utopía sea realidad.
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