Otra de las construcciones naturales que podemos conocer en abrazo's house es la casa de juegos.
Una casita "tamaño niño", construida con balas de paja y reciclando todos los restos de las otras construcciones.
Se construyó en medio del proceso de construcción de la casa grande para distraer de los problemas constructivos del edificio principal a los adultos y volver a jugar a la construcción desenfadada.
Llevaban tiempo pensando en construir una casita de juego para las niñas, hasta que un día Rob se dio cuenta que tenían todo los materiales necesarios para construirla: bloques de cemento y arena para la cimentación, estacas de bambú para las paredes, balas de paja, tablas de encofrar para el techo, baldosas de colores para el suelo. Lo único que tuvo que comprarse para llevar a cabo el minipalacio de los juegos, fue el plástico para el tejado (de unos 32 euros de precio).
Estiman que el precio total de la casita no supera los 300 euros.
Nora y Sofia, las hijas de la pareja, enseñandonos orgullosas su casa de juegos |
El aislamiento del tejado se hizo con dos plásticos negros entre los que se colocó una ancha capa de paja. Encima del segundo plástico se depositó otra capa de paja para que fuese compostando con la lluvia y generar una cubierta verde.
Hoy, alrededor de cuatro años después de su construcción, la casa de jugar tiene humedades.
Robert sabe que es por los cimientos, no se hicieron bien. Gracias a esta equivocación suya, todo el que pase de voluntario por la casa que abraza, sabrá de la importancia de hacer unos buenos cimientos con chinarro para el drenaje y a poder ser de piedra, para evitar las filtraciones de agua a las balas de paja.
Esas humedades están picadas y a la espera de ser reparadas con cob. Aun así la casa sigue siendo bien estable y la ofrecen como alojamiento a los voluntarios que, como nosotras, van a visitarlos en las épocas del año más frías.
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