Un mes da para embutir en 700 metros de saco alrededor de 80 metros cúbicos de mortero de cal, generando una construcción de unos 4 metros de altura, pero alrededor de eso, un mes en si mismo también es un saco enorme en el que caben muchas sensaciones preciosas.
En un mes comienza a coger forma la gran familia de "los hermanos de barro"; caben en ella más de 30 personas aportando sus ganas de aprender, su trabajo, sus risas. sus ganas y su forma de ver el mundo. Quedará grabado en nuestra memoria el placer de conocerlos y compartir este brillante comienzo con todos ellos.
30 días de construcción entre hermanos dan para llenarse de energía positiva y de ánimo, para cargar las pilas y seguir adelante a toda máquina.
En un mes da tiempo a relajar todos los músculos que hemos tenido contraídos durante meses pensando si sería posible....
Sabemos en un mes que el ruido ha sido derrotado por las nueces, que da igual si los pájaros en mano murieron de asfixia porque los ciento volando están entrando por la puerta grande.
Ha hecho falta un mes para que la morera centenaria, reina solitaria de la parcela durante mucho tiempo, haya podido recordar lo bien que sentaba dar sombra a las conversaciones (unas comprometidas, otras ácidas y muchas absurdas).
Este mes nos ha dejado ver verano y otoño en uno, trajo a nuestros ojos atardeceres maravillosos, días luminosos, amaneceres de aventura en coche, noches estrelladas a la luz de las velas. Cenas de invención de nuevos sabores. Canciones flamencas y sonidos que te conectan con la naturaleza.
Un mes da para patear y darle juego a una tierra aburrida de que solo una vez al año le rascase la espalda un frío y maloliente tractor.
Da tiempo en un mes a descubrirte dolorida de agujetas en sitios donde nunca imaginaste tener un músculo, a tonificar el cuerpo (y con él la mente), a sentirse más vivo, más ágil y más poderoso.
Ha habido tiempo para tontear y para cabrearse, para tragar polvo y bañarse en la alberca. Tiempo de comerse la cabeza para solucionar problemas y para relajarse silbando. Tiempo de abrazarse, de escuchar, de comprender y de alentar.
Ha cabido también en este mes celebrar nuestro primer aniversario de casadas, cumplir 34 años y ser consciente de todos los cambios que caben en un año.
Da tiempo a adoptar "primos", a dejarte ver en su espejo y llorar de emoción.
Da para salirte y mirarlo todo con ojos de extraño para encontrarte de frente con la orquesta y la música que tu diriges.
Este mes, en buena compañía, hemos dormido, cagado, nos hemos emborrachado, meado, sudado, comido, almorzado, cenado, soñado, reído, cantado, gozado, imaginado, emocionado.
En un mes hay tiempo de sobra para darse cuenta de que tus sueños se van materializando.
Gracias a todos los HERMANOS DE BARRO por haber llenado de vida nuestros "Pájaros en la cabeza".
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