Ayer, por fin, dejamos puestas las portadas de hierro de la entrada a la finca.
Quedaron atrás los días de tirar de la maya metálica unida a un palo y amarrarla con un candado. Ahora salimos y entramos abriendo una puerta grande.
Gracias al buen hacer y la paciencia de Chicho el Herrero - artesano del hierro, cultivador de la tierra y las costumbres manchegas, cantaor flamenco de uñas negras y mi hermano el guapo - tenemos puesta la puerta donde parecía imposible que pudiera estar.... ¿Porque digo esto?....pues.....digamos que nos emocionamos al hacer los muretes de superadobe y se nos fueron las medidas como 10 cm, así que a la hora de la verdad las portadas de hierro, que llevaban compradas meses esperando su turno para salir a escena, no cabían en el hueco.
Menos mal que un hermano es un hermano y el mío vale un montón.
Lleno de voluntariedad, sin apenas insultar por lo "paquetes" que somos y habiendo almorzado como un campeón, se lió con la faena.
Prácticamente un día completo de cortar, soldar, remachar, modificar, desmontar y volver a montar, sin perder la sonrisa y cantando flamenquito molón, logró dejar la puerta en su sitio sin tener que tirar el muro.
Ayyyy hermano!!! Como iba a estar bien hecho, si construir el muro era como un desahogo de currar en el domo. Ahora, cuando veas las fotografías del proceso, lo vas a entender todo...
Esta fotografía queda como homenaje a ese primer intento franco-castellano de dejarlas puestas el fin de semana que vinisteis a la fiesta del cierre de la cúpula.
Muchísimas gracias, guapo.
Comentarios
un abrazo.