El garbanzo es una leguminosa de secano que con altas dosis de agua crece excesivamente y no llega a secarse en su vaina a tiempo, convirtiéndose en una mata enorme y enredosa que tira muchísima hoja y poco fruto.
Plantamos garbanzos a los lados de los canales del sistema de riego entre frutales para sombrear el agua y evitar la evaporación de la misma no fué tan buena idea como cabía esperar de forma teórica.
En la fotos podemos ver la ocupación de los canales de riego por los garbanzos (izquierda)
En la misma fecha los que habíamos plantado de secano ya habían secado y listos para ser recogidos (derecha).
Ni unos ni otros crecieron de forma adecuada. A los primeros les sobró agua y a los segundos les faltó. La próxima tanda de siembra será de "ni calvo ni tres pelucas".
Pero como somos mujeres de recursos nos comimos en verde los de los canales de riego - que por cierto están riquísimos tanto en fresco como cocinados, no les tienen envidia a los guisantes o las habas. En la foto una servidora separando garbanzo verde de garbanzo seco (meditación activa de la de toda la vida aunque a mi abuela nunca se le hubiese ocurrido llamarlo así)
Los hemos recolectado a mano y limpiado de vainas a la antigua usanza: Pisando para romper los "cascabullos" (vainas secas y ramas) y aventando. En la foto de abajo padre e hija bailándose un zapateao sobre una tanda de garbanzo. Acaba el baile cuando las cascaras quedan prácticamente pulverizadas.
Después aire y criba hasta dejar la semilla prácticamente limpia. En la foto el señor Esteban, papi de Esther, poniendo en práctica los saberes de su infancia.
Los garbanzos crecen en vainas de uno en uno, a veces de dos en dos. Ver un kilo de garbanzos crecidos, recogidos, pelados y listos para ser cocinados es un currazo de la leche, así que prometo no volver a pensar que su precio en el mercado es excesivo...
¡¡¡Hay que ver lo que se valoran las cosas cuando cuestan esfuerzo!!!
Comentarios