Después de recubrir y secar damos paso a la "misión encalado".
Hemos usado cal en pasta de Dcal. Aplicando 7 capas para generar una costra protectora potente.
Las primeras capas fueron un 1:6 y 1:5, para que al tener más agua fuesen fácilmente absorbidas por el mortero de tierra con el que está cubierta la pared y garantizase el mejor agarre de las siguientes capas.
Después hemos aplicado un 1:4, dos de 1:3 y otras dos capas con una disolución al 1:2.
Ha sido rápido porque contábamos con Miguel y María, chicos ya hechos a encalar en tapial y con dos encaladoras de presión manual, un invento mecánico de los que ya no se hacen y que nos han facilitado la vida. Una de ellos y otra prestada por nuestro pozo sin fondo de herramientas y soluciones Enrique de Daimiel.
Queríamos darle el toque manchego pintando el zócalo, los contramuros y las cejas de las ventanas con azulete, pero los primeros hielos ya han caído y no es recomendable aplicar cal por debajo de los 5 grados. Será en primavera, cuando acabemos con la pata de elefante, los drenajes y las aceras, cuando lo pongamos de un bonito manchego. De momento el invierno lo pasará blanco, tan blanco que hace daño a la vista...
Gracias a María a Míguel y a Dani, por la ayuda, las tontunas y los cuidados. Tenemos el síndrome del nido vacío ;)
Comentarios
Un beso,
Lucía